En mis pensamientos

Hola amigos, el pasado mes de febrero tenía un proyecto, quería hacer un artículo y empecé un proceso investigativo, pero en algún momento me detuve. Hubo gente cercana que me insistió que no era buena idea el personaje y el tema para el artículo y que me podía traer problemas y sobre todo personas que me odiaran mucho. Hubo alguien que me alentó a hacerlo, pero como dije me detuve, no sin sacarlo de mi mente, sobre todo al personaje. De hecho mi idea era que el artículo fuera en tercera persona con la voz del personaje, lo cual lo hacía aún más complejo.

Pero hoy recordé que en algún momento por temas académicos había hecho algunos blogs y pensé porque no hablar con este formato y quitarle la rigurosidad de artículo al tema, simplemente para no meterme en camisa de once varas a tratar de explicar con un sentido de investigación académica lo inexplicable para muchos, el blog en cambio me permite la libertad de decir lo que siento sin preocuparme mucho por el contenido y tener la posibilidad de retroalimentar siempre.

Es que Tocayito siempre ha estado en mi mente desde el pasado 5 de febrero, muchas noches lo imagine antes de dormir y hasta he soñado con él. Por eso necesito expresarme como lo sentí desde aquel día. Incluso su foto en un corral estuvo como mi foto de perfil en WhatsApp por un tiempo.

Quien es Tocayito?



Si amigos míos, es un toro bravo, de la ganadería de Mondoñedo, el 5 de febrero pesaba 457 kilos cuando fue lidiado en sexto lugar, y tiene en sus lomos el número 329. En voz de los expertos, fue noble, con calidad para embestir, y sobre todo transmitió y enamoró a quienes lo vimos luchar, con valentía y coraje. Un guerrero digno de admirar y por el que la mayoría de asistentes a la Plaza de Toros de Santamaría ese domingo se entregó y pidió su perdón e indulto, más que eso, se le agradeció por habernos permitido vivir una tarde mágica. El indulto es una decisión de la mayoría del público, que respalda la presidencia, y que en el caso de Tocayito fue unánime. 

Que fuera exagerado el indulto, que no se merecía, que la faena esto o lo otro, que la gente no lleno los tendidos (no era tarde de figuras), allá los expertos; el sentimiento esa tarde estuvo con Tocayito y se expresó y al lado de él un torero español, José Garrido, que pudo estar a la altura en quizás su tarde más importante hasta ahora como lo ha manifestado él mismo en entrevistas posteriores.

Amigos míos, he tenido la fortuna de vivir más indultos y tardes con esa magia, pero Tocayito en mis pensamientos me ha llevado a reflexionar, será que estoy loco, que soy parte de una minoría de dementes que gozan con el sufrimiento y muerte de un animal, que tal vez en el fondo sea un asesino despiadado; pero no, cuando veo los toros y las faenas, no veo la sangre, ni la violencia, ni la tortura, eso no es lo que disfruto, el sentimiento es distinto, es similar a la emoción de estar en un recital o concierto y dejarse llevar por las notas, erizarse si se quiere decir, o mejor sentir que el corazón se arruga de la emoción y amigos míos no es la sangre, no es el sufrimiento. Qué más quisiera un taurino que todos los toros se pudieran indultar.

Tal vez mi mente está programada de esta forma, desde niño asistí a los toros, los tuve cerca en las ganaderías y en la plaza, les temí mucho, vi como los toreros entrenaban y se preparaban por un sueño. Pero más allá de la fiesta en sí, soy torista, y lo reivindico, por eso Tocayito me ha hecho sentir tanto, porque Mondoñedo es una ganadería tradicional, conocida por su bravura, que no todos los toreros se atreven a ponerse en frente y le temen.


No se amigos si saben que los toros bravos pelean entre ellos en el campo, cuando estuve investigando para el artículo que no fue, estuve intentando ver a Tocayito en la ganadería, muy cerca a Bogotá, pero él estaba en terrenos no accesibles, con su nueva vacada donde dejará su estirpe, adaptándose a su nuevo entorno de rey y no pude verlo, el ganadero Gonzalo Sanz de Santamaría siempre dijo que Tocayito iba a romper la plaza y así fue, como antecedente comentó, que previo a la corrida cuando ya habían seleccionado varios ejemplares, nuestro Tocayito mató en una pelea a otro toro, lo empujó a una zanja donde el animal se ahogó y nunca pudo llegar a la Santamaría.

Es dura la vida de toros, toreros, ganaderos, aficionados, que se niegan a dejar de existir en un mundo cada vez más animalista, lo cual seguramente está bien y hace parte del proceso evolutivo de nuestra sociedad. Algún día podré tal vez darle voz a mi personaje y que sea él quien nos cuente, que siente, como afronta los miedos, los supera y sale victorioso, que tanto dolor y emoción puede experimentar en el ruedo y más allá del momento de verdad, cómo fue su vida antes y cómo es ahora.

En mi mente seguirá estando Tocayito, ese 5 de febrero, en ese ritual de vida y muerte, en esa arena, en esa pelea en varas y empujando la muleta hasta la vida misma. 

Les dejo un material audiovisual para que los amigos taurinos compartan un poco de la emoción que se vivió en la plaza. Quienes no soporten las imágenes por favor no los abran.


Luego del indulto el toro se devuelve a los corrales para iniciar el proceso de curación, que en el caso de Tocayito fue exitoso.



Este vídeo es del canal del Matador José Garrido. Esta resumido.


Este vídeo del canal del fotógrafo Farley Betancourt tiene la faena completa. 
Obsérvese la pelea en varas del toro, nunca se fue del caballo. Los gritos de la gente de ¡¡toro, toro!! La salida del toro que rompe plaza y literalmente rompe el primer burladero a donde es llamado. En general su comportamiento en la muleta, toda la faena en un punto muy alto, en los últimos muletazos Tocayito se entregaba y empleaba al 100% lo que muestra su bravura y calidad.

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